¿Cómo escondernos de la vida?
Cold in hand blues
voy a decir solamente algo
y qué es lo que vas a hacer
voy a ocultarme en el lenguaje
y por qué
tengo miedo
Alejandra Pizarnik. (1971). El infierno musical.
En algunas ocasiones, cuando tenemos el ánimo por los
suelos después de un día pesado, solemos poner algo de música para relajarnos.
También, después de una semana llena de trabajo, exámenes, diligencias, etc.,
nos sentamos frente al computador o al televisor y vemos una película o serie entretenida
y de nuestro gusto.
La vida está llena de momentos amargos, es como si fuera
un grillete que tenemos que arrastrar hasta volvernos viejos y por eso es
necesario muchas veces tener un pequeño escape de ella. Leer algo en una tarde
libre, ver ilustraciones en Pinterest, escuchar música mientras cocinamos o ver
con amigos una película hace que ese peso de la vida sea más liviano.
Obviamente, aquellos que se desahogan en la escritura, las artes plásticas, la
fotografía, etc., también encuentran algo de paz.
Pizarnik se dio cuenta de la importancia del arte en
liberarnos de nuestros miedos, cargas y desdichas. Ella tuvo una vida muy gris
llena de problemas familiares, adicciones y complejos, pero nunca paró de
escribir, de hecho, la obra de ella se centra en ella misma, lo que quiere decir que lo que ella siempre buscó entenderse y saber sobre la realidad que le
rodeaba. Uno de sus tantos poemas es Cold in hand blues, en él retrata
la manera en el que el arte, en este caso la poesía, nos permite ocultarnos de
la ajetreada realidad, para tomar un breve respiro y seguir adelante.
Es de este modo que sumergirnos en nuestros auriculares,
tener un procesador de texto abierto y dejar que nuestros dedos dancen en el
teclado o concentrarnos en la película que proyecta la pantalla es al alma lo
que un acetaminofén es a nuestro cuerpo cuando tenemos fiebre o dolor de cabeza.
Mientras el arte exista, el hombre podrá aliviar sus problemas de ser quién es.
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