Acá

 

Egon Schiele. (1912). La puerta hacia el exterior.

Contacto

A él.
Ven que te digo un verso de Bécquer,
te lo digo despacito, al oído.
Luego dime algo,
que me gusta tu voz,
me abraza con su sonido:
me envuelve en letras, risas, nervios, miradas,
y yo te miro, te escucho y yo respiro.

El aliento toca el piso con mis pasos,
corro en medio de la tarde,
temor y debilidades en mi boca.
Me encuentro entre dos muros angostos,
a cada paso el espacio se hace diminuto,
avanzo, me agito,
y en la esquina tu pecho
cubierto de telarañas y polvo.
Un tropiezo:

mi carrera interrumpida,
caigo en las telarañas,
en la esquina desdoblada.
Se cierran las paredes.
Aflora la armonía:
son los temblores de tu pecho.

Respiras con calma,
te quiero, y tengo rabia.
Calla, dices, respira con calma.

Susurras el secreto de los muros
que rodean mis hombros.
Si tú supieras que te he besado con la mirada,
abrázame fuerte que me duelen los ojos.

Pánico en la casa

El tejado queda escrito en este verso.
Afuera la noche harta de lluvia,
el golpeteo tranquilo,
el vidrio empañado.
Caen murmullos sobre las tejas,
un enunciado atravesado por comas
tosiendo el silencio de la palabra.

Abres la ventana con cuidado:
la casa... es invadida por la brisa...
tu cara adormecida, 
acariciada, 
húmeda
sobre el borde,
sobre la oscura suavidad de las nubes
que pasan al lado de la luna
como queriendo decir algo
que alguna vez habías dicho.
Y baja el mensaje, observa,
se escurre entre tus cachetes.

El viento cierra la ventana.
Se rompe el cristal, te cortas.
La luna alumbra con intermitencia.
Afuera de este verso solo hay truenos.
Se interrumpe el pensamiento,
zarandeadas de incomprensiones, y truenos.
Truenos como puntos en mitad de la oración.
No.
Ideas cercenadas, sangras.
Cierra la herida como se cerró la ventana.
Intenta dormir.
No te agobies con el escándalo enmudecido
del disparo de un punto.

Cuando salga el sol
tírale piedras al techo.
Deja que tu casa se llene de piedras,
perros, gente,
ira, huecos,
¡que la casa que nunca fue casa
se llene de lluvia!
Usa tu lenguaje, no se lo dejes a la luna.
La grieta en tu piel dice
que no eres otro sustantivo muerto.

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