Desdoblamiento
1.
Un corte de
cabello clásico, pantalones largos y camisas de diseños sobrios pueden volverse
un disfraz, mejor aún, el atuendo de un personaje, uno todo triste, amargado,
casi cascarrabias, y cuadriculado. Lo peor de todo es que quién interpreta el
personaje lo hace mal, ya sea por estrés o por impropiedad, pero lo hace mal,
detesta ese trabajo.
De noche, cuando
ese actor, que es mal actor, por fin descansa de ese personaje tétrico que
tanto fastidio le causa, busca relajarse y medita en silencio sobre lo feliz
que sería si no fuera actor, busca unas de esas semillas blancas para sembrar
en su cuerpo una calma artificial o comparte con otros actores, que también son malos actuando, que junto a él dejan de actuar, no se ven como actores, se tocan
como personas… Se queda dormido, extrañamente dormido, mirando la madrugada que
augura otro día tenso trabajando en el tedioso sainete de su vida.
2.
Quítate esos
harapos que adornan tu falsedad, acá no se guarda la ropa, acá se guardan las
vidas de jóvenes como nosotros. Tómame de la mano y lee cada historia que no
puede escribirse en el papel y observa cada moretón que tiene que maquillarse;
esto es como un secreto que une desconocidos que desean algún día poder
entenderse y purgan sus almas aquí.
En este lugar los hijos se ocultan de sus padres, los amigos de sus amistades y los creyentes de su dios. Si te asomas por las rendijas podrás ver a chicos como aquel de piel brillante y mirada miope caminar con garbo y tranquilidad, y te darán ganas de arrancar su piel y coserla a la tuya para sentir su alegría y tomar sus lentes para ver desde sus miopes ojos esa tranquilidad con la que sueñas.
Estás condenado a estar acá cada que quieras pasar un tiempo para pensar en ti, porque es en este sitio dónde nos marginan a personas como tú y yo en la medida que crezca o disminuya la debilidad de nuestra autonomía emocional, incluso muchos perecen acá víctimas de sus propias manos o del lento giro de las manecillas del reloj.
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