Tres poemas

René Magritte. (1937). Reproducción prohibida.

El niño

Érase un niño
que era muy tonto y triste:
era el espejo.

Dialéctica del padre y el hijo

Soy hijo de la vida,
pero paso el tiempo
pensando en mi muerte.

Soy hijo de Bogotá,
pero estoy enamorado
del Caribe.

Soy hijo de un amor convencional,
pero mi forma de amar
es distinta.

Soy hijo de Dios,
pero me he refugiado de él
en el pecado.

Soy hijo de un ave,
pero le tengo miedo a volar,
ni siquiera sé si tengo alas.

Soy hijo de un árbol de madera dura,
pero al verme al espejo
veo pétalos y polen en mi rostro.

Nosotros, los hijos,
estamos condenados
a ser diferentes.

Las dos de la tarde

Son las dos de la tarde
y el sol es el mismo de ayer,
tiene la misma luz hipócrita
que enceguece mi cansada mirada.

Mi sonrisa se tiñe de amarillo
con el té de hace dos días,
té con sabor a miedo
y a repetición.

Paso otro trago de té
y me convierto en alimento
de los mosquitos
y de los pensamientos.

Tomo una ducha
y no sé si lo que cae al piso
es agua, sudor o lágrimas,
ignoro todo y cierro la llave.

Son las dos de la tarde,
miro el calendario:
faltan varios meses
para las tres de la tarde.

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