Jamás en el lenguaje
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Leonora Carrington. (1974). El último pez . Las letras y la piel Una piel suave, completamente suave, mezclada con cobijas, a la espera de ser descubierta, sufre de ser mencionada: una piel sensible al tacto de la palabra. Una piel enferma por los signos de los signos. Los síntomas: fiebre baja, muy baja, inventada, fiebre aquí escrita, fiebre de palabra. Hace calor, calor caliente, que se entona en una voz que recita estos versos disueltos en sudor de lágrimas y sueños despiertos. Miradas que manosearon la piel del dorso de un cuaderno usado, ojos que alguna vez vieron el secreto de lo que estaba escrito antes de hacerse lenguaje. Antes de pronunciar cualquier cosa era la cosa, era la cosa y no lo que se dice de ella. ¿Qué se puede decir ahora? Piel, fiebre, calor, sudor, lágrimas. Pero nada de eso es en realidad. Censura Prohibido decir casa, prohibido decir mamá, prohibido decir amor, prohibido decir sexo, prohibido decir tiempo, prohibido decir amigos, prohibido decir recuerdos,