El juego de la República
En el sur se halla una patria, una patria confundida, dos océanos la bañan y tiene región andina, nosotros, sus habitantes, desbordamos alegría de brillante tricolor, le rezamos al turista y también al empresario. No sabemos de agonía, por acá no hay nadie triste, nos encanta nuestra vida, y si hay alguien que no le gusta lo contenta el policía con garrotes de juguete y pistolas de agua fría. ¿Por qué es que llora la gente cada noche y cada día? Si es feliz el presidente y también Marta Lucía ¿Por qué marchan enojadas las dichosas minorías? si el gobierno es muy naranja de naranja economía: el banquero es venturoso y también la minería. Nuestro adorno son mordazas con dibujos de sonrisas, y una cámara retrata nuestra mueca retorcida que comienza en el Caribe y acaba en la Amazonía. Algazara de dos siglos, una historia repetida, una historia de una patria ya moribunda y abatida de soportar tantos años de sangrientas alegrías. Alejandro Obregón. (1957